Los recursos inactivos en la computación en la nube se refieren a los activos informáticos, como las máquinas virtuales (VM), el almacenamiento, las bases de datos u otros servicios, que permanecen activos pero están infrautilizados o no realizan tareas productivas. A pesar de su inactividad, estos recursos siguen generando costes, lo que los convierte en un factor crítico en la gestión eficiente de los gastos en la nube.
Cómo funcionan los recursos inactivos
Los recursos inactivos a menudo son el resultado de una asignación subóptima de recursos o de cambios inesperados en los patrones de uso. A continuación, se explica cómo suelen surgir:
- Aprovisionamiento excesivo
Las empresas a menudo asignan más recursos de los necesarios para garantizar el rendimiento durante los períodos de máxima actividad. Sin embargo, durante los períodos de menor actividad, estos recursos permanecen inactivos. Por ejemplo, una VM con alta capacidad computacional podría ejecutarse las 24 horas del día, los 7 días de la semana, aunque su aplicación de soporte solo esté activa durante las horas de oficina.
- Recursos no liberados
Es posible que los recursos temporales, como los entornos de prueba o el almacenamiento temporal, no se desactiven adecuadamente después de su uso, lo que hace que sigan ejecutándose sin servir para ningún propósito.
- Servicios no supervisados
La falta de supervisión regular puede conducir a instancias no utilizadas, volúmenes de almacenamiento huérfanos o entornos obsoletos que siguen consumiendo recursos.
Importancia de la gestión de los recursos inactivos
Comprender y abordar los recursos inactivos es esencial por varias razones:
Gestión de costes
Los recursos inactivos son uno de los factores ocultos de las elevadas facturas de la nube. Reducir o eliminar estos recursos puede generar importantes ahorros de costes.
Mejora de la eficiencia
La identificación de los recursos inactivos garantiza que la infraestructura de la nube se utilice de forma óptima, evitando el despilfarro innecesario.
Escalabilidad y crecimiento
El uso optimizado de los recursos proporciona margen para escalar las operaciones sin sobrecargar los presupuestos o la infraestructura.
Ejemplos de recursos inactivos
Instancias de computación
Ejecución de VM con una utilización mínima de la CPU o la memoria durante períodos prolongados.
Ejemplo: Un servidor de desarrollo que funciona durante la noche cuando no hay desarrolladores activos.
Almacenamiento
Los volúmenes de almacenamiento o las instantáneas no utilizados se crean con fines temporales, pero no se eliminan.
Ejemplo: Copias de seguridad de proyectos que ya no son relevantes pero que siguen ocupando espacio de almacenamiento.
Equilibradores de carga
Los equilibradores de carga vinculados a instancias inactivas o infrautilizadas siguen generando costes, incluso si no se enruta tráfico a través de ellos.
Licencias
Licencias para software o plataformas que están vinculadas a recursos de la nube no utilizados.
Desafíos en la gestión de los recursos inactivos
Falta de visibilidad
Los recursos inactivos pueden ser difíciles de detectar sin herramientas de supervisión eficientes. Por ejemplo, los volúmenes de almacenamiento huérfanos o las instancias de computación no utilizadas pueden pasar desapercibidos en entornos de nube complejos.
Complejidad operativa
La identificación y el tratamiento manuales de los recursos inactivos pueden llevar mucho tiempo y ser propensos a errores, especialmente en implementaciones a gran escala con cientos de recursos en varias regiones.
Prácticas de etiquetado incoherentes
Las etiquetas de recursos incoherentes o faltantes dificultan el seguimiento de la propiedad y el propósito, lo que conduce a recursos abandonados que son difíciles de gestionar.
Equilibrio entre eficiencia y disponibilidad
La desasignación agresiva de recursos inactivos podría comprometer la disponibilidad y la escalabilidad, especialmente durante picos de tráfico inesperados o aumentos de la carga de trabajo.
Desafíos en la asignación de dependencias
Los recursos inactivos pueden parecer no utilizados, pero podrían estar vinculados a otros recursos activos. Por ejemplo, una base de datos aparentemente inactiva puede dar soporte a una aplicación crítica a la que se accede raramente.
Buenas prácticas para la gestión de los recursos inactivos
Realizar auditorías periódicas de los recursos
Realice revisiones frecuentes de su entorno de nube para identificar los recursos infrautilizados o inactivos. Herramientas como AWS Cost Explorer, Google Cloud Monitoring o Azure Advisor pueden proporcionar información sobre el uso de los recursos y ayudar a señalar las ineficiencias.
Automatizar la gestión de los recursos
Implemente la automatización para apagar, reducir o desasignar los recursos inactivos. Por ejemplo:
- Utilice el autoescalado para adaptar los recursos a la demanda en tiempo real.
- Programe los recursos no críticos (por ejemplo, los entornos de desarrollo o prueba) para que se apaguen automáticamente durante las horas de inactividad.
Etiquetar y organizar los recursos
Adopte una estrategia coherente de etiquetado de recursos para asignar metadatos (por ejemplo, nombre del proyecto, propietario, tipo de entorno) a cada recurso. El etiquetado adecuado facilita el seguimiento y la identificación de los activos innecesarios o abandonados.
Optimizar el dimensionamiento de los recursos
Evalúe periódicamente si los recursos tienen el tamaño adecuado para sus cargas de trabajo. La reducción del tamaño de las instancias de computación, los volúmenes de almacenamiento o las bases de datos con exceso de aprovisionamiento puede eliminar el despilfarro y reducir la capacidad inactiva.
Utilizar operaciones programadas
Programe el uso de los recursos en función de las necesidades del negocio. Por ejemplo:
- Ejecute procesos por lotes o copias de seguridad durante las horas de menor actividad.
- Apague los servicios no esenciales durante los períodos de inactividad.
Utilizar herramientas de supervisión
Implemente soluciones de supervisión de la nube para realizar un seguimiento de las tendencias de uso y generar alertas para los recursos infrautilizados. Algunos ejemplos son:
- Establecer umbrales de uso de la CPU o la memoria para identificar las instancias de computación inactivas.
- Supervisar las métricas de almacenamiento de datos para detectar volúmenes o instantáneas no utilizados.
Adoptar un modelo de contracargo
Fomente la rendición de cuentas mediante la implementación de mecanismos de contracargo en los que los equipos o departamentos reciben una factura por los recursos que utilizan. Este enfoque motiva a los equipos a optimizar y liberar los recursos inactivos.
Implementar instancias reservadas y spot estratégicamente
Para las cargas de trabajo que deben permanecer en ejecución, considere la posibilidad de utilizar instancias reservadas o spot para reducir los costes en comparación con las instancias bajo demanda.
Limpiar los recursos
Para evitar costes innecesarios, programe la limpieza periódica de los recursos temporales o no utilizados, como los volúmenes de almacenamiento huérfanos, las VM inactivas y las instantáneas obsoletas.
Fomentar una cultura de eficiencia en la nube
Eduque a los equipos sobre el impacto financiero de los recursos inactivos y fomente las mejores prácticas, como el cierre de los entornos innecesarios y la optimización proactiva del uso.
Conclusión
Los recursos inactivos contribuyen significativamente a las ineficiencias y a los costes inesperados en la computación en la nube. Mediante la identificación, la supervisión y la optimización de estos recursos, las organizaciones pueden reducir los gastos innecesarios y mejorar el rendimiento general de su infraestructura de nube.